Un bate puede abrir puertas; un guante puede abrazar futuros
En el Atlántico, el béisbol no es solo un deporte: es una historia de vida, una puerta que ha sacado a muchos jóvenes de la calle, de la drogadicción y del olvido. Es disciplina, esperanza y superación. Es la prueba de que con una oportunidad y una pelota, se puede cambiar un destino.
Nuestro departamento ha sido cuna de grandes estrellas que llevaron el nombre de Colombia al mundo. Édgar Rentería, nacido en Barranquilla, se convirtió en leyenda al ser elegido Jugador Más Valioso de la Serie Mundial 2010, demostrando que desde un barrio del Atlántico también se puede llegar a lo más alto. Como él, Donovan Solano, Jorge Alfaro, Giovanny Urshela y Julio Teherán son ejemplo de que el béisbol no solo forma campeones, sino seres humanos valientes, disciplinados y con sueños.
Pero detrás de cada estrella, hay miles de niños que no han tenido esa misma oportunidad. Hay barrios sin canchas, escuelas sin bates, y talentos que se pierden porque el Estado no ha sabido mirar el deporte como una herramienta de prevención y de transformación.
PROGRAMA: “Un Bate, una Oportunidad”
El béisbol ha sido históricamente uno de los pilares deportivos y culturales del Atlántico. De nuestros barrios y campos han surgido grandes referentes nacionales e internacionales como Édgar Rentería, quienes han demostrado que con disciplina, oportunidades y apoyo, los sueños pueden convertirse en realidades.
Este programa busca impulsar políticas públicas que fortalezcan el acceso al deporte, especialmente al béisbol, como herramienta de inclusión, prevención de la drogadicción y desarrollo social.
Desde la Cámara de Representantes promoveré iniciativas que mejoren la infraestructura deportiva, fomenten la formación de talentos y amplíen el acceso de los niños y jóvenes más vulnerables a las escuelas deportivas del Atlántico.
El deporte transforma vidas, construye comunidad y ofrece esperanza. “Un bate puede abrir puertas; un guante puede abrazar futuros.”
Con un bate, un guante y una oportunidad, podemos cambiar la historia de un niño. Con un programa de béisbol real y el respaldo del Estado, podemos cambiar la historia de un barrio. En el Atlántico, el deporte no será solo un pasatiempo: será una herramienta de emancipación, de dignidad y de futuro.
El béisbol salvó vidas en el Atlántico. Hoy, desde el Congreso, quiero que salve muchas más. Porque con un bate y una oportunidad, un niño puede cambiar su destino. El Estado no debe mirar el deporte como un lujo, sino como un instrumento de esperanza y transformación.
Por eso, desde mi candidatura a la Cámara de Representantes, quiero impulsar una política que vea en el béisbol una alternativa real contra la drogadicción, la pobreza y la exclusión. Un programa que devuelva a los niños del Atlántico la ilusión, el juego y el orgullo de representar a su tierra. Es abrir caminos reales para que esos espacios existan, para que el Estado lo respalde, para que el deporte actúe como barrera social contra la drogadicción y la exclusión. Vamos a entregar bates, ampliar la cobertura de escuelas de béisbol, crear ligas comunitarias y garantizar que ningún niño que quiera jugar se quede sin la oportunidad.
Porque el Atlántico tiene talento, tiene pasión y tiene una historia de béisbol que merece ser fortalecida. Yo vengo a impulsar una política deportiva de oportunidad, prevención y cambio social. El béisbol puede ser mucho más que un juego: puede ser la puerta de salida de la calle, de la droga y del olvido. Y como representante, haré que esa puerta se abra para todos los niños del Atlántico.